viernes, 24 de julio de 2009

LOS INICIOS DEL MOVIMIENTO OBRERO: EL LUDISMO


El Ludismo se trató de un movimiento, en la Inglaterra de comienzos del siglo XIX, de oposición a la introduccion de maquinaria moderna en el proceso de producción mediante su destrucción violenta, iniciándose primeramente en la industria textil y propagándose posteriormente al campo.

Durante la Edad Media, los gremios artesanales habían desarrollado una rigurosa reglamentación por la que se había logrado organizar a los trabajadores y evitar la competencia, estableciendo jornadas laborales equilibradas e iguales. Sin embargo, desde mediados del siglo XVIII, con el inicio de la Revolución Industrial y la extensión del sistema fabril, todo esto había llegado a su fin.

Se pasó de desempeñar un trabajo artesanal bien remunerado y considerado socialmente a trabajar en fábricas por un salario ínfimo o verse en la calle sin nada con que alimentar a la familia. La antigua estructura social, las costumbres,... estaban muriendo, dando paso a una nueva sociedad, la industrial, con nuevos valores de progreso y búsqueda del beneficio a cualquier precio. El Ludismo fue una respuesta violenta al aumento del paro por la introducción de maquinaria y dio origen al sentimiento de unidad de los trabajadores.

El movimiento se desarrolló entre 1800 y 1830 en Inglaterra, en el conocido como triángulo ludista (entre los condados de Yorkshire, Lancashire, Cheshire, Derbyshire y Nottinghamshire). Aunque se habla de que los comienzos del movimiento están en 1779, en que el mítico Ned Ludd, supuesto tejedor, destrozó el telar mecánico en el que trabajaba. Durante este periodo, se produjeron amenazas, tumultos y desórdenes que asustaron a los patronos y provocaron la intervención del gobierno, se enviaron tropas para sofocar las revueltas y se llevaron a cabo juicios sumarios, con testigos falsos y casi sin pruebas, ajusticiando a los cabecillas.

Las causas, como ya hemos dicho anteriormente, eran principalmente la precariedad laboral y social creada por la introducción de las nuevas máquinas en la producción textil, llevando a la ruina a los telares tradicionales, que no podían competir y arruinado a los artesanos, que perdieron sus negocios.

La agitación se extendió al campo donde el supuesto "Capitán Swing" y sus seguidores dirigieron sus iras contra las trilladoras.

El movimiento alcanzó su cénit en los años 1811 y 1812, durante los cuales se produjeron gravísimos incidentes, reprimidos duramente por el gobierno. Detenidos, juzgados y ahorcados unos treinta individuos, considerados los cabecillas de las revueltas.

Poco más tarde, el movimiento se extendió por parte del Continente. Hubo motines de este tipo en Francia (1817 y 1823), España (en Alcoy en 1821 y Barcelona en 1835), Belgica, Alemania,...

Todo esto será el precedente de otras acciones mejor organizadas, que se dirigirán contra los empresarios, no contra las máquinas.

Este movimiento tiene rasgos característicos de los motines del Antiguo Régimen, frecuentes en los periodos de las crisis de subsistencia, ya que son espontáneos y no tienen ideología política, pero también tiene peculiaridades modernas propias de los movimientos obreros de la segunda mitad del siglo XIX.

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