Tras la guerra de sucesión española, se firmó el Tratado de Utrech, que comprendía diversos acuerdos comerciales con la recién creada Gran Bretaña. Se otorgó a los británicos el conocido como "Derecho de Asiento" (que les permitia comerciar con esclavos negros con la América Hispana) y el "Navío de Permiso" (que permitía el comercio directo de mercancías entre Gran Bretaña y nuestros territorios americanos, pero sólo por un volumen de mercancías de 500 tm).
Todo esto no tardó en provocar roces entre ambas monarquías, lo que originó una corta guerra entre ambas potencias (1719), en la que el Cardenal Alberoni, valido de Felipe V, decidió tomar la iniciativa e intentar invadir Gran Bretaña con el apoyo de los rebeldes jacobitas y los clanes escoceses descontentos, ocupando el castillo de Eilean Donan. La cosa terminó en fracaso, pero es una historia curiosa (ver batalla de Glenshiel).
En 1729 los británicos acordaron por el Tratado de Sevilla no comerciar con el imperio español en América a excepción del "Navío de Permiso", por lo cual, se aceptó por su parte el llamado "Derecho de Visita", por el cual los navíos españoles (guarda costas) podían "visitar"(bonito eufemismo para decir abordar ¡que cachondos!) los barcos británicos para verificar su carga y evitar el contrabando. Este es el origen de la guerra.
En 1738, Robert Jenkins, se presentó en la Cámara de los Comunes en Londres afirmando que en 1731, un barco español capitaneado por Julio León Fandiño, había abordado su buque (el Rebecca), confiscado su carga por considerarla contrabando y cortado su oreja diciendo "ve y dile a tu rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve". Como prueba presentó su oreja amputada (cómo estaría después de 7 años). Los igleses declararon la guerra que se prolongó de 1739 a 1748, convirtiéndose en un capítulo más de la Guerra de Sucesión Austriaca.
Durante la guerra de la Oreja de Jenkins, se produjo un hecho sin precedentes hasta el día D. En 1741 los británicos pusieron sitio a Cartagena de Indias y trataron de tomarla llevando a cabo la mayor operación anfibia jamás vista hasta el Desembarco de Normandía.
Edward Vernon, al mando de una flota de 186 navíos (60 más que la Gran Armada de Felipe II, que después fue conocida como la Invencible), con 2.620 piezas de artillería y más de 27.000 hombres (10.000 soldados británicos encargados de iniciar el asalto, 12.600 marineros, 1.000 macheteros esclavos de Jamaica y 4.000 reclutas de Virginia dirigidos por Lawrence Washington, hermanastro de George Washington). La defensa de la plaza corrió a cargo de Blas de Lezo, ayudado por Melchor de Navarrete y Carlos des Naux. Contaban con 3000 hombres más la milicia urbana y 300 arqueros indios venidos del interior, además de una flotilla de seis naves (la nao capitana Galicia más los buques San Felipe, San Carlos, África, Dragón y Conquistador).
El asedio comenzó el 13 de marzo y finalizó el 9 de mayo con la derrota y retirada de las fuerzas británicas. La guerra, según algunos artículos que he consultado, terminó con la derrota británica, según otros la cosa quedó en empate técnico.
Jorge de Inglaterra había recibido noticias de la victoria de Vernon (por cierto, da nombre a la calle donde viví en Dublín, mientras que el barrio lleva el nombre de Portobello, ciudad que destruyó el año antes en Panamá en el contexto de la misma guerra) y mandó fabricar medallas conmemorativas de tal victoria. Parece ser que luego ordenó que no se refeljasen estos hechos en los libros de historia. Sin embargo, a su muerte fue enterrado junto con otros héroes en la abadía de Westminster, al parecer con una leyenda que dice que si que venció en Cartagena de Índias (Vergonzoso pero... ¿Qué podemos esperar de los ingleses? ¿Y de los españoles? nadie se acuerda del héroe Blas de Lezo)
Todo esto no tardó en provocar roces entre ambas monarquías, lo que originó una corta guerra entre ambas potencias (1719), en la que el Cardenal Alberoni, valido de Felipe V, decidió tomar la iniciativa e intentar invadir Gran Bretaña con el apoyo de los rebeldes jacobitas y los clanes escoceses descontentos, ocupando el castillo de Eilean Donan. La cosa terminó en fracaso, pero es una historia curiosa (ver batalla de Glenshiel).
En 1729 los británicos acordaron por el Tratado de Sevilla no comerciar con el imperio español en América a excepción del "Navío de Permiso", por lo cual, se aceptó por su parte el llamado "Derecho de Visita", por el cual los navíos españoles (guarda costas) podían "visitar"(bonito eufemismo para decir abordar ¡que cachondos!) los barcos británicos para verificar su carga y evitar el contrabando. Este es el origen de la guerra.
En 1738, Robert Jenkins, se presentó en la Cámara de los Comunes en Londres afirmando que en 1731, un barco español capitaneado por Julio León Fandiño, había abordado su buque (el Rebecca), confiscado su carga por considerarla contrabando y cortado su oreja diciendo "ve y dile a tu rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve". Como prueba presentó su oreja amputada (cómo estaría después de 7 años). Los igleses declararon la guerra que se prolongó de 1739 a 1748, convirtiéndose en un capítulo más de la Guerra de Sucesión Austriaca.
Durante la guerra de la Oreja de Jenkins, se produjo un hecho sin precedentes hasta el día D. En 1741 los británicos pusieron sitio a Cartagena de Indias y trataron de tomarla llevando a cabo la mayor operación anfibia jamás vista hasta el Desembarco de Normandía.
Edward Vernon, al mando de una flota de 186 navíos (60 más que la Gran Armada de Felipe II, que después fue conocida como la Invencible), con 2.620 piezas de artillería y más de 27.000 hombres (10.000 soldados británicos encargados de iniciar el asalto, 12.600 marineros, 1.000 macheteros esclavos de Jamaica y 4.000 reclutas de Virginia dirigidos por Lawrence Washington, hermanastro de George Washington). La defensa de la plaza corrió a cargo de Blas de Lezo, ayudado por Melchor de Navarrete y Carlos des Naux. Contaban con 3000 hombres más la milicia urbana y 300 arqueros indios venidos del interior, además de una flotilla de seis naves (la nao capitana Galicia más los buques San Felipe, San Carlos, África, Dragón y Conquistador).
El asedio comenzó el 13 de marzo y finalizó el 9 de mayo con la derrota y retirada de las fuerzas británicas. La guerra, según algunos artículos que he consultado, terminó con la derrota británica, según otros la cosa quedó en empate técnico.
Jorge de Inglaterra había recibido noticias de la victoria de Vernon (por cierto, da nombre a la calle donde viví en Dublín, mientras que el barrio lleva el nombre de Portobello, ciudad que destruyó el año antes en Panamá en el contexto de la misma guerra) y mandó fabricar medallas conmemorativas de tal victoria. Parece ser que luego ordenó que no se refeljasen estos hechos en los libros de historia. Sin embargo, a su muerte fue enterrado junto con otros héroes en la abadía de Westminster, al parecer con una leyenda que dice que si que venció en Cartagena de Índias (Vergonzoso pero... ¿Qué podemos esperar de los ingleses? ¿Y de los españoles? nadie se acuerda del héroe Blas de Lezo)